Los medios de comunicación y la Iglesia
En estos días, que estamos re-estrenando página WEB de la parroquia, es buen momento para considerar que el uso de redes sociales en la Iglesia, ni es de hoy ni de hace pocos años. No fueron los últimos papas los que a través de la prensa, radio o televisión o de Internet y Redes Sociales, dependiendo del desarrollo tecnológico de cada momento, se convirtieron en pioneros tecnológicos de la información cristiana.
Lo que acabamos de decir no debería sorprender a nadie. Todos hemos oído hablar de un tal Pablo
de Tarso, judío de la diáspora que, deslumbrado por Jesús y su mensaje, se lanzó por buena parte del
mundo conocido a anunciar la buena noticia recibida, el Evangelio de Jesús.
Si llegamos al acuerdo de considerar que el éxito de Pablo fue notable, parece oportuno indagar en
los métodos por él utilizados. Y, ciertamente, en relación con el tema que nos ocupa, el bueno del
apóstol aprovechó muy inteligentemente las Redes Sociales para transmitir con mejor y mayor
eficacia el mensaje de Jesús.
¿Qué cuales eran las Redes Sociales utilizadas por el apóstol Pablo?, la respuesta es sencilla: las vías romanas que comunicaban las ciudades más importantes y estratégicas del Imperio Romano. ¿Acaso se le ocurrió a alguien pensar que durante su ministerio se dedicó el apóstol a predicar en pueblos o aldeas como Algarrobico de la Mula Vieja o en Pueblatorcida del Olivo en Flor? Pues no, Pablo seguía las vías romanas y en Éfeso, Tesalónica, Filipos (su preferida), Corinto, Colosas, … hablaba en las sinagogas, cuando le dejaban, en las plazas, en las que a veces no le apaleaban; habló incluso en el Ágora, no la de la Gramela sino la de Atenas, donde comenzó su discurso de forma muy prometedora hablando del monumento al dios desconocido pero que, al final, cuando, empeñado como estaba en hablarle a los atenienses, griegos ellos, de la resurrección, empezó a perder audiencia y, tan solo se quedó, que tuvo que ser él mismo el que cerrara la puerta y apagara la luz. De allí marchó a Corinto a curar su depresión.
Bien es cierto que en una ocasión predicó a unas personas que respondían al gentilicio de Gálatas, residentes en Ancira y alrededores, entorno que con el devenir de los siglos acabó denominándose Ánkara (no Ankara, de acuerdo con lo que nos dijeron los lugareños), actual capital Turquía. Podríamos pensar que predicar allí se debió a un error de posicionamiento del GPS del apóstol, ¡no!, Pablo llegó a la zona enfermo y se encontró con unas personas de carácter muy parecido a los gallegos (buena gente por lo tanto) y muy acogedoras, pero también muy cotillas y curiosas. De ellos dicen la malas lenguas que, cuando un viajero pasaba por su tierra, no le dejaban continuar su
camino hasta que le hubieran sacado la última noticia. Con el tiempo serán los primeros usuarios de
Facebook, Twitter, …, o algo así.
Una vez que ha quedado claro que Pablo solo predicaba en grandes ciudades, ¿cómo es posible que
su mensaje se haya divulgado por un área ta amplia?. Muy sencillo, Pablo trabajaba en Red,
considerándosele oficiosamente como el inventor de la estructura nodal de Internet: las ciudades
visitadas por el apóstol eran como los nodos de Internet; desde allí enviaba a sus misioneros a
pregonar la kerigmática Buena Noticia a los pueblos y aldeas de alrededor. Así se creó y desarrolló
en los primeros años del siglo I de nuestra era la primigenia Red Social de Comunicación, tomando
como base la infraestructura vial romana.
Sin embargo nada tuvo que ver Pablo con los métodos y maneras de la época, todo lo contario: el Copyright de la infraestructura era del Ministerio de Vías y Obras Romano y la mano de obra esclava. Lo que ya no podemos garantizar es que Filemón fuese propietario de alguna empresa contratista o subcontratista de la obra; tampoco tenemos la garantía de que Onésimo, esclavo del anterior, trabajase en dichas vías, aunque, de ser así, habría colaborado grandemente a la expansión del cristianismo según los métodos del más moderno de los apóstoles que utilizó inteligentemente la tecnología existente es ese momento. ¡Normal, era el más estudiado y Jesús sabía bien lo que hacía cuando lo puso en nómina en el Camino de Damasco!.