El arzobispado de Santiago publica el Plan Pastoral Diocesano 2018-2019. Es un documento que busca promover una celebración de la fe consciente, comunitaria y activa, una piedad popular evangélica y una oración ferviente en el contexto de una Iglesia comunión. Es el segundo año de un Plan general que abarca hasta 2020 y que en este curso lleva por título “Sentándose a la mesa con ellos” (Lc 24,30), extraído del pasaje de los discípulos de Emaús.
En este plan pastoral, el arzobispo de Santiago, mons. Julián Barrio, y su auxiliar, mons. Jesús Fernández, proponen una serie de acciones que facilitarán el siempre inacabable proceso de la conversión a los valores del Reino de Dios. Entre esas acciones figura celebrar dignamente los sacramentos y preparar a las personas que los celebran. En este sentido, se propone ofrecer catequesis a los fieles para que comprendan el sentido de las celebraciones, de sus ritos, gestos y expresiones. También se recomienda facilitar la celebración de la Penitencia fijando horarios y contando con la disponibilidad de los presbíteros. En cuanto al matrimonio, se quiere destacar su carácter religioso e impartir los tres modelos de catequesis familiar propuestos por la Comisión diocesana: el Itinerario de novios, las Catequesis prematrimoniales, y el Acompañamiento de matrimonios jóvenes.
El plan pastoral hace hincapié en el carácter comunitario que tienen los sacramentos y el protagonismo de Jesucristo y de su Iglesia, sin los cuales no se entienden. Su celebración ha de corresponderse con su importancia. De ahí que el Plan Pastoral incida en la necesidad de prepararlas del modo más digno posible, cuidando las homilías, los espacios celebrativos, las moniciones, cantos… Es importante que toda la comunidad participe de un modo activo de acuerdo con los ministerios y funciones propias de cada uno de sus miembros.
También se anima a crear equipos de animación litúrgica.
El Plan Pastoral anima a apreciar las manifestaciones de la piedad popular: ejercicios piadosos, fiestas y romerías… y a purificarlas de todo aquello que suene a magia o superstición. Se pide evitar las misas encadenadas, incompletas, sin homilía o sin ambiente de recogimiento. Se trata de destacar el sentido penitencial de toda peregrinación y subrayar la preeminencia de la liturgia, etc.
La oración es uno de los pilares del cristiano. Por eso el Plan Pastoral urge a motivar e iniciar en el diálogo con Dios, a través de talleres, creando grupos de oración…
Por último, el Plan quiere promover la comunión y la corresponsabilidad en la Iglesia. Para eso hace un llamamiento a participar en las celebraciones diocesanas más importantes: Asambleas, jornadas de los sectores en que se colabora, etc, a colaborar en la celebración del Día de la Iglesia diocesana con algún gesto especial y colaborar en la elaboración y puesta en práctica de los Programas pastorales.
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